¿QUÉ ENTENDEMOS POR BIODANZA?
El término Biodanza se creó a partir de una amplia elaboración semántica, fruto de la necesidad de conceptualizar una disciplina que se estaba gestando alrededor de los años 60.
Se trataba de un sistema en el cual los movimientos y las situaciones de encuentro grupal, acompañados de música y canto, inducían vivencias capaces de modificar procesos en las distintas esferas del ser humano.
La constatación de los efectos producidos a nivel inmunológico, homeostático, afectivo-motor y existencial, terminó requiriendo una conceptualización capaz de reflejar una visión sistémica y holística del trabajo presentado. Hacía falta retomar el término de danza en su más amplia acepción, entendiéndola como movimiento natural, lleno de significado y de vida.
Con ese propósito nace Biodanza, palabra compuesta por el prefijo “Bios” (del griego vida ) y “danza” (vocablo que definido por el francés Roger Garaudy se entiende como movimiento integrado lleno de significado ) .
Por lo tanto, cuando nos referimos a Biodanza , estamos hablando de un sistema de integración afectiva, renovación orgánica y reaprendizaje de la funciones originales de vida que se basa en vivencias inducidas por la danza, el canto y situaciones de encuentro grupal.
Integración afectiva como el reestablecimiento de la unidad perdida entre el hombre y la naturaleza. Según nuestro abordaje, el núcleo integrador es la propia afectividad puesto que influye sobre los instintos, vivencias y emociones.
Renovación orgánica hace referencia a la activación de procesos de reparación celular y regulación de las funciones biológicas, disminuyendo así los factores de desorganización y stress de la persona.
Reaprendizaje de las funciones originarias de vida significa aprender a vivir encauzando los propios instintos puesto que nos permiten la conservación de la vida y su evolución.